SMART CITY: ¿DEL ECOSISTEMA CIUDADANO AL ‘EGO-SISTEMA’ SIN CIUDAD?. REFLEXIONES CONTRA LA AMENAZA DE LOS ‘ZOMBIE GEEKS’.

Cuando vives en una ciudad fundamentalmente turística (lo que se convierte en un activo para el territorio pero también en una servidumbre de futuro vinculada al monocultivo) en la que compartes los espacios públicos durante buena parte del año con un generoso número de visitantes (que se incrementa exponencialmente con la llegada del verano) resulta obligado, llegado el monolítico mes de agosto, asumir este rol de viajero y alejarte durante unos días de la realidad que te rodea (poniendo en práctica ese deleite a tiempo parcial que es el ‘extrañamiento’), marcando un punto y seguido con los quehaceres cotidianos.

En cualquier caso, antes de la pausa estival, no quiero dejar de compartir en este blog Urban 360º -dedicado a la innovación urbana- algunos materiales que he ido elaborando durante estos meses, y que considero que pueden ser de alguna utilidad común. A esta iniciativa responde la presentación abierta en Prezi (que ya ha sido copiada, distribuida y mejorada por más de 4.000 lectores, spread the word!) que encabeza este post.  Aunque cumplirá en los próximos meses 1 año, la he utilizado en varias ocasiones como soporte visual de las ponencias introductorias sobre Ciudades Inteligentes que he podido defender en  diversos foros e instituciones, acompañando nuestra visión y expectativas en Eolexcitylab (que no son pocas) sobre la adopción ponderada del paradigma de las Smart Cities como guía para la organización del futuro de nuestras ciudades.

En estos encuentros, -formales e informales- he insistido en que son muchas las virtudes asociadas al despliegue inteligente de una tecnología asumible por nuestros territorios y numerosos los desafíos y oportunidades vinculados a la apuesta por la evolución de la forma de organizar y planificar el hardware de nuestras ciudades, de involucrar y generar un nuevo compromiso  de los ciudadanos (engagement digital/real) y de competir honestamente con otros territorios generando estrategias de placemaking inteligente, dotando transversalmente a nuestros entornos  de herramientas (sistemas y utilidades pero también recursos jurídicos y organizativos) adaptadas a la realidad de nuestras sociedades híper-conectadas.

Avanzamos hacia una convergencia cada vez mayor de realidades virtuales y espaciales, -los he denominado indistintamente  ‘lugares digitales’,  ‘espacios híbridos’ o ‘territorio-red’– y todavía no hemos logrado incorporar de manera decisiva a la agenda de quienes pueden influir en el futuro de nuestras ciudades (agentes públicos y privados) las mejores cualidades y enseñanzas que nos ofrece el paradigma de la Ciudad Inteligente.

Tenemos mucho (todo) margen de mejora en el campo de la ordenación territorial de los entornos urbanos (no pocas veces me he preguntado ¿por qué ordenamos las ciudades del siglo XXI con herramientas y visión del siglo XIX?), grandes posibilidades en la re-cualificación digital de zonas abandonadas, degradadas o aquejadas de obsolescencia en nuestras ciudades, así como prácticamente todo el camino por recorrer en el campo de la re-organización (por la vía de la interconexión estratégica) de las infraestructuras municipales, amén de buenas expectativas en el ámbito de la promoción de contextos de estímulo empresarial y personal de la mano del impulso del Open Data y sus prometedores efectos económicos.

No hemos avanzado de manera decidida en la generación de eventos específicos de base digital que se producen en espacios reales de nuestras ciudades (nos encanta vivir en lugares en los que pasan cosas y no pocas veces los complejos o la falta de visión son más obstativos que el recurso a la financiación) que sirven para provocar el engagement con el territorio y el refuerzo de la identidad virtual del ciudadano y su sentimiento de orgullosa pertenencia al genius loci (en una sociedad en red, ubicua e híper-conectada se produce la paradójica necesidad de potenciar el anclaje territorial del individuo), ni hemos acometido la remoción de estúpidos obstáculos burocráticos (Ordenanzas municipales, formularios tautológicos, inercias del lobby) que favorezcan una implantación inmediata y reversible de actividades, sucedidos e iniciativas pop-up propias del urbanismo táctico que acompaña a nuestros días.

Del mismo modo, y por continuar con este tímido y estival «J’accuse», no creo que estemos trabajando con determinación en la conformación de espacios de satisfacción para la interconexión entre ciudadanos, administraciones, empresas y cosas (IoT), descuidando la vinculación con el entorno de las generaciones que nos sucederán -auténticos nómadas digitales-.

En los próximos meses estaremos trabajando en el ámbito de la definición de estándares jurídicos y organizativos (dinámicos) de la Smart City y continuaremos reivindicando el papel de las ciencias humanas en la organización de la ciudad, contribuyendo a generar –en una suerte de apostolado digital/real – entornos de concierto inteligente y productivo entre los distintos actores de la ciudad inteligente, ayudando a evitar la usurpación del Ecosistema ciudadano por un «Egosistema sin ciudad», (verdadero sistema de egos digitales) que se produce cuando el individuo híper-conectado, activísimo en redes y plataformas digitales a quien interesa más decir dónde está que estar sensorialmente, se convierte en un zombie indolente con respecto a su entorno real, la ciudad desincentivadora que queda al margen de su estimulante actividad virtual.

El camino ha sido relativamente corto y la resonancia y las oportunidades lo suficientemente intensas como para reforzar nuestro compromiso hacia el futuro con este espacio digital y con el ecosistema humano que lo hace posible. En este sentido, hace apenas unas semanas, el prestigioso periodista Antoni Gutiérrez Rubí recogía generosamente el resultado de nuestro trabajo en este campo en un interesante artículo que fue publicado en el  Blog de ESADE-CREÁPOLIS (‘La Ciudad del Futuro’) recuperando nuestra idea de que el ciudadano debe ser el eje de cualquier análisis sobre la Ciudad Inteligente, si bien, es la capacidad de interconectarse de manera fructífera con otros actores que generan valor para el territorio la verdadera cualidad de ciudadanía en una Ciudad Inteligente.

«Pablo Sánchez Chillón lo denomina ‘Civicentrismo’ y pone la mirada en el papel creativo del ciudadano en red, cuando la fuerza de la tecnología permite conectar el talento a través del y para el territorio».
 
 

Hoy doy un paso más en el proceso de integración virtual de las diversas plataformas que utilizo para trabajar y comunicarme, desde Tumblr a Twitter o LinkedIn (más de 27.000 lectores han visitado este blog) completando una etapa más del acelerado proceso de aprendizaje y publificación social que ha ayudado, con mayor o menor fortuna, a conformar los caracteres de mi identidad digital (algunos dirán que impostura digital).

Durante este año vertiginoso, acaso con un osado planteamiento contra-cíclico dado el contexto de depresión general, he tenido la ocasión de entrar en contacto con muchísima gente interesante, de conocer muchos proyectos e iniciativas que colegas de todo el mundo han querido compartir conmigo y de asumir roles novedosos y estimulantes, ganados con el arrojo del que nada tiene que perder (y sí mucho que ganar), además de buenas dosis de suerte y un entorno profesional y familiar estimulante.

Este ha sido el año del lanzamiento de algunas iniciativas profesionales en el campo de las ciudades inteligentes que empiezan a cobrar altura, el de la acuñación de conceptos que han hecho fortuna  en esta arena «inteligente» como «Civicentrismo»/»Cityzentrism» y el de la cooperación transversal con equipos híbridos de profesionales del campo de la arquitectura, la ingeniería, el diseño, la gestión cultural y la comunicación, en una alianza basada en la creatividad y la comunidad de intereses, que ha resultado tan enriquecedora en lo personal como productiva en lo profesional.

Del mismo modo, estos últimos meses me han dado, también, la insólita oportunidad de  comparecer en mi faceta de emborronador de pantallas en la blogosfera,- no sin cierto arrobo- en eventos del heterogéneo mundo del 2.0, como el pujante Blogtrip celebrado en la espectacular Villa de Biar (Alicante), donde pude comprobar, junto a destacados francotiradores del social media y jóvenes valores del marketing cómo la combinación de visión, empuje e imaginación con el trabajo bien hecho y la generosidad pueden lograr impactos relevantes en el campo del placemaking y el marketing de ciudades tan potentes como los que puedan diseñarse desde plataformas más sofisticadas entre el universo de ciudades inteligentes y que merecen ser parte de un proceso cualificado de benchmarking.

En las próximas semanas, de regreso de unas merecidas vacaciones por el Sudeste asiático, compartiré otras presentaciones y herramientas que preparo para un otoño lleno de eventos y encuentros ‘Smart’ a los que he sido invitado como ponente y que me  llevarán a Bucaramanga –Colombia al X Congreso de Iberoamericano de Sistemas de Conocimiento,  a la interesante cita italiana de la Smart City Exhibition de Bologna, pasando por un evolucionado II Smart Cities Meeting de Alicante y acabando con el espectacular Smart City Expo & World Congress de Barcelona, contribuyendo a unir una emergente red de ciudades que apuestan por la innovación urbana, el intercambio cualificado de conocimiento e iniciativas  y la generación de oportunidades basadas en la correcta aplicación de la Ecuación de los 3 Tercios de la Smart City: 1/3 de visión, 1/3 de infraestructura y 1/3 de Plan de Comunicación.

 

Sólo nos queda avisar de que tenemos la intención de seguir por aquí, de que esperamos una vuelta de vacaciones cargada de proyectos y de que esperamos seguir contando con vuestra complicidad, vuestro apoyo, críticas y sugerencias.

La hibridación espacial, la plaza híper-conectada, el encuentro físico-digital, la gamificación, la re-cualificación tecnodigital de nuestras ciudades, el urbanismo inteligente, la ciudad civicéntrica, el city hacking, el engagement ciudadano, los hackathons, la smart destination y muchas cosas más nos volverán a reunir en este espacio dentro de un par de semanas…Hasta entonces, be smart!

 

24 comentarios

  1. […] Cuando vives en una ciudad fundamentalmente turística (lo que se convierte en un activo para el territorio pero también en una servidumbre de futuro vinculada al monocultivo) en la que compartes los espacios públicos durante buena parte del año con un generoso número de visitantes (que se incrementa exponencialmente con la llegada del verano) resulta obligado, llegado el monolítico mes de agosto, asumir este rol de viajero y alejarte durante unos días de la realidad que te rodea (poniendo en práctica ese deleite a tiempo parcial que es el ‘extrañamiento’), marcando un punto y seguido con los quehaceres cotidianos.  […]

  2. […] la vida urbana va cediendo frente a la aparición de burbujas digitales individuales, verdaderos EGO-SISTEMAS sin ciudad, que, de aislados e indolentes, pueden conformar el germen de la decadencia de la urbe física, tal […]

  3. […] la vida urbana va cediendo frente a la aparición de burbujas digitales individuales, verdaderos EGO-SISTEMAS sin ciudad, que, de aislados e indolentes, pueden conformar el germen de la decadencia de la urbe física, tal […]

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