«En cuestiones de agenda de poder, las ciudades están casi siempre en el menú, pero nunca están en la mesa».
Hablemos un minuto de ciudades, gobierno y capitalidades tecnológicas y digitales. También algo, acaso, del autor de estas líneas.
Y hagámoslo al hilo de la oportunidad que se me brindó, hace unas semanas, de compartir mi visión y trabajo en el ámbito de este Municipalismo 5.0 en el excelente Foro organizado por Prensa Ibérica con ocasión de la celebración del 80º aniversario del Diario Información, en el que tuve ocasión de situar el trabajo que estamos desarrollando con la estrategia de capitalidad tecnológica Alicante Futura y la labor de Diplomacia Económica y Tecnológica de la Ciudad que impulsamos desde la Oficina Municipal de Atracción de Inversiones, y que sintetizo en este vídeo, que espero que os resulte interesante.
Quienes hayan seguido mi trayectoria profesional, académica e investigadora durante los últimos años (Ciudades, Poder Urbano, Liderazgo Público Municipal, Smart Cities Innovación y Diplomacia Urbanas), entenderán las razones de la defensa de esa hora global de las ciudades que practico con asiduidad, así como la creencia en el momento excepcional que viven las capitales medianas mediterráneas en la actualidad, que las está llevando a competir con otras urbes más potentes por atraer y retener talento, inversiones y progreso a sus territorios y economías.
Las Ciudades, por méritos propios y deméritos ajenos, por su capacidad de responder con agilidad, cercanía y creatividad a los desafíos que asoman en el horizonte de la política y la gestión territorial, y por haber sido capaces de concertarse y sindicarse de manera formal e informal frente al poder dominante de un statu quo nacido y ordenado al calor de la teoría de los Estados-Nación, están llamadas a marcar la agenda pública internacional de este primer tercio del siglo XXI, asumiendo un liderazgo total impensable hace unos años esencial para hacer frente a los retos más importantes del milenio (climáticos, poblacionales, de equidad y acceso a recursos esencialmente, pero también de gobernanza y legitimidad gubernamental). En este contexto, la capacidad de alinear la visión estratégica, el liderazgo público y político y la acción de gobierno con nuevos recursos, herramientas y enfoques para la proyección global de los territorios se convierte en una ventaja competitiva territorial y encontramos ya decenas de ciudades en Europa que trabajan de manera inteligente y organizada en este contexto de oportunidad.
Visto con cierta perspectiva se entiende, igualmente que tal vez aquellas sean, – junto a otras de índole personal y profesional, las inquietudes que me llevaron (con otros) a impulsar ALICANTE FUTURA, la iniciativa estratégica municipal de innovación urbana, de atracción de talento e inversiones y de consolidación de un polo de emprendimiento digital y tecnológico en Alicante (España), aunando fuerzas con otros proyectos gubernamentales y privados para lograr el (respetable y ambicioso) objetivo de convertir, desde el Ayuntamiento de mi ciudad, a Alicante en la Capital Mediterránea de la Industria Tecnológica, en Emprendimiento Digital y la Nueva Economía Urbana, con el apoyo del gobierno local. Así, un repaso por las decenas de artículos de este blog confirma este escenario, dando testimonio de años de reflexiones, experiencias y actividad privada y pública alrededor de las ciudades, el gobierno, la innovación y la diplomacia urbana, ahora, también, desde lo público.
No creo que erremos al afirmar que este siglo de las Ciudades está asistiendo a la conformación y expansión de un Nuevo Poder Urbano (NPU / NUP, New Urban Power), a la consolidación de un liderazgo nacido y fortalecido desde lo local, lo municipal, que participa de una serie de características que lo hacen singular y especialmente idóneo para enfrentar algunos de los desafíos de la humanidad en las próximas décadas.
Sin embargo, y aunque todos los expertos señalan a los gobiernos municipales como verdaderos protagonistas en la gestión de los desafíos ante el futuro del planeta, y a las ciudades como laboratorio esencial para el ensayo de políticas públicas y soluciones que afectan a la convivencia global, existe un verdadero gap entre la voluntariosa y creativa co-responsabilidad de los actores locales en la proposición de soluciones para estos problemas y el poder político real y los recursos y financiación de los que disponen las urbes y los gobiernos municipales para hacerlas efectivas.
No es mi intención extenderme en exceso; en los artículos de este blog encontráis ejemplos plausibles de esta minoría de edad política de lo local en Europa (y en España) y de las causas y efectos de esta situación gubernamental anómala, incongruente con el escenario global que enfrentamos. En todo caso, y por citar alguna realidad actual, basta ver el papel residual que están asumiendo los municipios en relación con los fondos europeos (Next Generation, React, etc) (nadie contó con los Ayuntamientos para decidir cómo y en qué se invierten esos euromillones por venir) para entender que la solución a esta preterición endémica de lo local en términos de ejecutoria gubernamental (en Bruselas la llaman ahora pomposamente, “gobernanza multi-nivel”) está lejos de solucionarse, por mucho que el principio de subsidiariedad se esgrima desde atriles y tribunas públicas como un fundamento consolidado y vigente de la arquitectura institucional de la Unión Europea.
Si analizamos, igualmente, el trinomio innovación-emprendimiento-ciudad, allí donde debieran cruzarse de manera ágil y productiva los caminos de la tecnología, la iniciativa privada y la cosa pública, sólo encontramos un páramo de procedimientos y formularios, una legislación de contratos hecha para desanimar al más tenaz de los emprendedores y un desconocimiento – tanto público como privado- de cómo se organizan, funcionan y se interrelacionan ambos sectores, lo que dificulta de manera efectiva las iniciativas de aproximación e implantación de tecnología y soluciones innovadoras en entornos públicos para proveedores distintos de las habituales grandes consultoras y empresas tecnológicas, enormes eucaliptos debajo de los cuales no crece la hierba joven. Pese al empuje de algunas iniciativas de GovTech, las restricciones y los corsés que impone la vigente normativa estatal en materia de contratación (pese a los voluntariosos ríos de tinta vertidos por los teóricos de la Compra Pública Innovadora, prácticamente inédita en nuestros lares) alejan naturalmente a los emprendedores, start-ups e inversores de un campo de trabajo (lo público / lo municipal) por la dificultad de evaluar y asegurar retornos efectivos de la innovación, lastrada por la rigidez y ausencia de agilidad que requiere el nuevo escenario de la economía digital urbana.
Si queremos avanzar de manera real en términos de progreso y bienestar territorial y dotarnos de las mejores herramientas, procedimientos y capital humano para abordar con agilidad y efectividad los retos que nos impone este siglo frágil, tecnológico, mutante y líquido, acercando el ejercicio de poder a la ciudadanía que resulta destinataria en primer orden de estas políticas públicas, nos vemos obligados a proponer una reflexión serena y razonada, sin ultraísmos, basada en un nuevo enfoque y perspectiva de la descentralización política y administrativa territorial que permita a los poderes locales ejercer, con solvencia y capacidad de respuesta, su parte alícuota de poder para atender a las crecientes y variables necesidades de la población urbana y retos del milenio (ambientales, poblacionales, de equidad y participación, entre otros) promoviendo la implementación de políticas nacionales que así lo permitan.
En el fondo, como apunté hace unos días en ese excelente Foro de Municipalismo de Prensa Ibérica y como se explica extensamente en el Documento que enlazo más abajo, elaborado hace meses con un enfoque teórico-práctico para el Postgrado de Gobernanza del Sector Público de ESADE, en esta hora global de las ciudades son las capitales medianas, con estrategia, coherencia y liderazgo público las que pueden aprovechar este momento y alcanzar sus metas y objetivos en el campo de la proyección global de sus activos tangibles e intangibles. Aquel documento, que ahora comparto y que denominé «Las Capitales medias ante los retos de la Innovación Urbana y la Competitividad Global. Pensamiento estratégico aplicado y Nueva Gobernanza en un municipio español: El caso de Alicante Futura», es hoy, con sus ajustes y el aporte de muchos actores, el fundamento de una exitosa estrategia municipal de capitalidad tecnológica y digital aplicada y viva, y uno de los vectores de la acción de gobierno de una capital mediterránea española del siglo XXI.
Gracias a todos.
Enlace al artículo (pdf): LAS CAPITALES MEDIAS ANTE LA INNOVACION URBANA – ALICANTE FUTURA BY PABLO SANCHEZ CHILLON