Han pasado unos días desde mi regreso del I Smart City Exhibition de Bolonia, Congreso nacional italiano sobre Ciudades Inteligentes e innovación urbana al que fui invitados a realizar el keynote introductorio en la jornada del 29 de octubre de 2012, junto a Carlo Ratti del Senseable City Lab del MIT de Massachusetts.
La invitación fue cursada por el prestigioso FORUM PA italiano, a través del Dott. Claudio Forghieri, responsable de Smart Cities de esta organización y de Gianni Dominici, Director General de Forum PA, sobre cuyas espaldas – y las de su eficiente equipo- ha recaído la fatica de organizar este evento pionero en Italia, y que ha contado con el testimonio de un grupo muy selecto de speakers internacionales, como Ger Baron (Amsterdam Smart City), Charles Landry (creador del concepto de ‘Ciudades Creativas’), Jarmo Eskellinen, (ENoll Living Labs) o Esteve Almirall (ESADE).
Concluido el evento, y casi sin tiempo para reflexiones de hondo calado, toca hacer balance de estos días en Bolonia, en estos días previos a mi participación como speaker en otros eventos, como Smart City Expo de Barcelona, X Congreso CISC en Bucaramanga (Colombia) o el IEEE Smart Grids World Forum – Geneva (Switzerland) .
Al margen de las elementales consideraciones en relación con la experiencia congresual – buena organización, accesibilidad, calidad de las ponencias y del networking y el placer de encontrar amigos lejos de casa – el resultado de estos interesantes días de reflexión sobre las ciudades inteligentes en Bolonia ha sido muy satisfactorio, como también lo ha sido el compromiso emergente de la sociedad italiana con el paradigma de Ciudad Inteligente y el seguimiento de los medios de comunicación y la opinión pública de las actividades y reflexiones del evento.
L’Italia goes smart, y el movimiento hacia la Ciudad Inteligente parece allí también participar de un ímpetu y apoyos determinantes para augurar buen éxito a las iniciativas emprendidas por este país, cuna de muchos estilos, movimientos y tendencias que han contribuido a dar forma a nuestras ciudades y a nuestro urbanismo europeos.
En no pocas ocasiones he podido manifestar mi parecer sobre el state of the art de las Smart Cities italianas, y la consideración de que Italia, como otros países de nuestro entorno, se ha acercado a la arena de las Ciudades Inteligentes con algunos meses de retraso con respecto a lo que ha sucedido en España, sirviendo como prueba de esta realidad la celebración en octubre de 2012 de este importante y pionero evento realizado en Bolonia, o el contagioso entusiasmo por lo ‘Smart’ que se ha vivido en la capital Emiliana durante estos días de trabajo.
La segunda reflexión –incoraggiante y cada vez más frecuente– apunta a la paradójica situación de España, sumida en la melancolía y la agitación financiera pero identificada más allá de nuestras fronteras como verdadera potencia y guía en el camino hacia las Ciudades Inteligentes en Europa, reconociendo los méritos, los modelos y el valor de los proyectos impulsados en nuestro país. Tal vez hayamos hecho de la necesidad virtud, pero la realidad de quee profesionales como quien esto escribe hayan sido invitados a efectuar los keynotes del Congreso junto a rutilantes estrellas del ‘Smart City Sistem’, y el hecho de que las ciudades inteligentes de nuestro país hayan recibido un trato especial durante estos días por parte de los colegas italianos, pone de manifiesto esta estimulante realidad. No en vano, las intervenciones de responsables de proyectos españoles ya en curso en los distintos espacios del Congreso ha sido intensa, así como con la participación, en la Sesión de Clausura del mismo de Iñigo de la Serna, Alcalde de Santander, Presidente de la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI) y de la Federación Española de Municipios y Provincias.
Iñigo de la Serna, Pablo Sánchez Chillón y José Trigueros, de Eolexcitylab, en Smart City Exhib. de Bologna. (c) (Stefano Corso) stefanocorso@gmail.com/ http://www.stefanocorso.com
El speech de Iñigo de la Serna en Bolonia, que fue masivamente seguido y significativamente aplaudido por la audiencia italiana (y que mereció el reconocimiento del Corriere della Sera), abundó en la realidad de los proyectos ‘inteligentes’ desplegados en esta ciudad del norte de España, insistió en la necesidad de fomentar la cooperación público-privada en el campo de las smart cities y sirvió para ejemplificar cómo la unión de ciudades bajo una estructura solidaria – la RECI– y una visión compartida de futuro, pueden favorecer el intercambio de experiencias, promover la cooperación al más alto nivel institucional y conformar estrategias de acción coordinada para afrontar proyectos de Smart Cities desde el ámbito municipal. Italia no dispone de organización equivalente a la Red Española de Ciudades Inteligentes, y la experiencia española, inspiradora para los distintos stakeholders de aquel país, puede resultar un punto de partida interesante.
En todo caso, en un evento en el que se han dado cita Ministros, arquitectos, centenares de Ayuntamientos italianos con sus Alcaldes, abogados, empleados públicos, empresas privadas, responsables de innovación y no pocos geeks y algún jubilado, la visión de las Ciudades Inteligentes ha salido reforzada a través de las experiencias compartidas de ciudades europeas que ya impulsan sus proyectos y otras que aspiran a concluirlos, generando un intercambio de información y expectativas muy fructífero y enriquecedor.
Una de las iniciativas presentadas durante el Congreso en Bolonia fue la presentación del denominado ICity Rate, ovvero, el ranking de las Ciudades Inteligentes en Italia elaborado por el Director General de Forum PA, Gianni Dominici sobre la base de diversas variables y parámetros de medición. El resultado, que como sucede con cualquier clasificación, no dejó contento a nadie, quedó encabezado por Bologna, Parma y Trento, en una sesión de trabajo que concitó altos niveles de atención de los asistentes.
Del mismo modo, otro aspecto a subrayar ha sido la continua presencia del recurso al maná comunitario en el ámbito del diseño y ejecución de políticas vinculadas al concepto de Smart City, en el marco de las líneas de financiación impulsadas desde la Unión Europea, verdaderamente comprometida con la obligación de asumir roles de eficiencia, sostenibilidad y óptima asignación de recursos (escasos) por las ciudades europeas, ante la verdad insoslayable del cambio de paradigma en la conformación de la realidad urbana.
Por nuestra parte, el Keynote speech del 29 de octubre – pomeriggio- partió de nuestra experiencia con Eolexcitylab en el campo de las Ciudades Inteligentes para elevarse hacia los que consideramos criterios fundamentales para el desarrollo de proyectos de Smart Cities realistas, viables y compartidos por la ciudadanía. Tuvimos ocasión de compartir la VISIÓN DE LOS 3/3 DE LA SMART CITY, la apuesta por el CIVICENTRISMO -CITYZENTRISM y la necesidad de involucrar a los DIGIZENS en las estrategias de dinamización de la Ciudad Inteligente (podéis ver más abajo la presentación en Prezi que acompañó a la ponencia, y para quienes tengáis paciencia, el vídeo de la intervención (en italiano) en el apartado de «Más info», al pie de este post).
Hemos mantenido que al 1/3 de la Visión compartida del proyecto de Ciudad Inteligente (transversal y solidaria entre líderes, ciudadanos y empresas) debe agregarse el 1/3 de la infraestructura (el hardware activante de la ciudad inteligente, sin el cual, no existirá) y el 1/3 de la Comunicación del proyecto y sus logros (mal se apoyará por la comunidad lo que no se conoce o lo que no se ha sabido explicar).
Si el acceso a la tecnología y la conectividad a redes e internet es un verdadero regalo en manos del ciudadano –aunque muchos lo consideren ya una commodity urbana- el ciudadano conectado, híper-activo en redes sociales y modelador de ubicuos planos digitales, tiene una co-responsabilidad con su territorio y entorno ciudadano, debiendo asumir la obligación de utilizar –al menos, parcialmente- estas herramientas de conectividad como útiles para el cambio y la transformación urbana. Ser un #Digizen ultra-conectado, mola, pero la evasión y el descuido de nuestro entorno acabará por perjudicarnos. Como contrapartida, los proyectos de Smart Cities que puedan impulsarse desde (o para) los municipios deberían situar al ciudadano como centro y catalizador de sus resultados, evitando planteamientos excesivamente tecnológicamente pero fríos y deshumanizados, así como las llamadas huecas y las invitaciones retóricas a la participación ciudadana. «Il Cittadino come spina dorsale della Città Intelligente», lo bautizó el equipo de prensa de #SCE2012.
Los #Digizens, verdaderos actores cualificados de la ciudad inteligente, serán los principales agentes de la transformación y la evolución de las ciudades, razón por la cual se debe contar con su participación activa en los programas definidos para las Smart Cities, diseñando políticas de engagement ciudadano que apunten directamente al ADN, la identidad y el sentimiento de pertenencia individual y colectiva al continuo de la ciudad. Para los diseñadores la ciudad (gobiernos, profesionales, colectivos) resulta ya indispensable llegar de manera efectiva a aquellos ciudadanos – cada vez más – que no dudan en hacer check-in en diversos espacios de la ciudad y ponen de manifiesto una creciente apatía con la realidad inmediata que les rodea que contrasta con la híper-actividad que asumen en redes digitales, buscando su involucración activa en proyectos con fines ciudadanos, por irrelevantes o menores que estos puedan parecer.
El peligro de convertir los Ecosistemas ciudadanos de nuestras urbes en verdaderos ‘EGO-sistemas sin ciudad’ es cierto y palpable en nuestras ciudades inteligentes, generando una estructura de ciudadanos-burbuja (cittadini-bolle) que pasean sus adocenados cuerpos por la ciudad mientras sus almas digitales bullen en redes sociales y planos virtuales (en la exageración está el origen del debate). En este sentido, el deambular ciudadano de muchos #Digizens vendría a ser algo así como la experiencia vivida por el conductor de un vehículo que es guiado por la ciudad con un GPS, y que acaba pareciéndose más a un viaje en metro o suburbano que a un verdadero recorrido consciente por el territorio de la ciudad. Desaparece la interacción con el medio, el proceso de toma de decisiones y la elección de alternativas, que ceden al objetivo pragmático de llegar al punto de destino cuanto antes.
Quizá por esta razón, durante estos días hemos insistido en Bolonia en la necesidad de transformar el espacio urbano, en trabajar la “enabling city”, la ciudad activadora y reactiva, campo para la hibridación entre los planos digitales y reales que componen hoy buena parte de la identidad y la actividad de los Digizens.
Al contrario de cuanto puedan sugerir estas reflexiones –nada pesimistas, por cierto- , una de las características de esta nueva forma de ciudadanía personificada en la figura de los Digizens, es que, mostrándose apática con el entorno inmediato, es tan social o más que las anteriores – y esta socialidad incrementada, esta conexión permanente con redes de amigos, profesionales, familiares etc es la que nos mantiene pegados a las pantallas de nuestros smart phones y tablets, reforzando nuestra identidad y sentimiento de pertenencia, pero tan lejos y tan cerca a la vez de nuestro entorno real. Es una suerte de hedonismo virtual, pero muy pragmático y social.
El coste de esta nueva socialidad aumentada es la decreciente voluntad del individuo de interactuar con desconocidos en los entornos reales de la ciudad, enriqueciendo la alteridad digital a costa del empobrecimiento de las relaciones tradicionales materializadas en los espacios físicos de la ciudad, especialmente de aquélla ciudad actual que sigue siendo ordenada y diseñada según patrones del siglo XIX. De hecho, y como tuve ocasión de compartir en Bolonia, hay estudios que demuestran que las nuevas generaciones de Digizens están empezando a experimentar la ‘presencia’ en términos de conectividad, en el sentido de que alguien están presente si puede ser localizado y conectado con independencia de que podamos interactuar físicamente con él, razón por la cual, la idea extendida entre capas sociales de mayor edad de que el smart phone puede ser un factor de distracción, (ruido, en terminología de Saussure) molestia e inconveniencia para un encuentro entre personas, resulta ser todo lo contrario para los nuevos ciudadanos, convirtiendo al gadget en verdadero pasaporte para la presencia digital y en vehículo de conexión y alteridad grupal.
Al margen de las consideraciones sociológicas, la batalla por el compromiso de los Digizens pasa, sin matices, por la recuperación para la experiencia de ciudadanía del espacio público y por la activación del hardware de la ciudad asumiendo la obligación de transformar los cánones que rigen la ordenación y atribución de usos en los espacios físicos de la trama urbana, así como por la revisión de las estructuras jurídicas y organizativas en las que se sustenta la acción urbanística en nuestras ciudades (Planes Generales, planeamiento derivado, ordenanzas municipales etc). Ha llegado el momento de plantearse una dinamización en tiempo real (¿existe otro?) de la experiencia de ciudadanía y de valerse de recursos tecnológicos (IoT, WiFi, redes sociales, pero también infraestructuras elementales) para activar la ciudad, haciéndola un espacio vivo y entrenido. Habrá que combatir, sin duda, el desánimo general y las legiones de Bartleby («preferiría no hacerlo») y NIMBY («not in my back yard») que encontramos en todas las organizaciones y en nuestras ciudades y asumir sin temor (non avere paura) el cambio que debemos enfrentar.
En este sentido, en sociedades como las nuestras en las que se impone un nuevo ímpetu hedonista que lucha por agrandar la huella digital de nuestra identidad en redes y colectivos, y en las que se ha generalizado, por un lado, la costumbre de “mapearse” por la ciudad y por otro, la actitud de plasmar sucesivos “check-in” urbanos, vamos a requerir cada vez más de unas infraestructuras ciudadanas que sean capaces de cuantificar y procesar estos hits de información, transformando el flujo de datos en realidades interpretables y re-utilizables por los gestores ciudadanos y por el propio cuerpo de la ciudadanía, canalizando la participación y el compromiso a través de estos nuevos espacios de interacción físico-digital.
¿De qué hablo? De espacios híbrídos híper-conectados reservados en zonas sensibles de la ciudad, de la instalación de herramientas de canalización de identidades digitales y su encauzamiento hacia compromisos territoriales, por ejemplo, con la instalación de pantallas, timelines etc en espacios públicos, de la generación de Plazas Twitter, Esquinas Instagram (no me pagan estas compañías, pero ¿por qué no aprovechar este flujo de creatividad a través de estas herramientas para proponer desafíos de mejora de la ciudad?), de la Foursquarización de servicios ciudadanos (¿alguien ve utilidad en que el cartero, el policía, el repartidor de butano o el médico de atención domiciliaria anuncien su entrada en determinados espacios a través de herramientas digitales para fomentar la interacción de los usuarios/ciudadanos con fines colectivos? / ¿nos servirá de algo la información obtenida a través de plataformas de pago y su vinculación con los datos de geo-localización de los individuos) o de la introducción de experiencias viables de Realidad Aumentada; pero también hablo de la incorporación de estrategias de gamificación a la gestión del día a día de las ciudades y hasta de la más elemental adecuación del mobiliario urbano a las formas de aprovechamiento y usos propios de la cultura audiovisual de nuestros días (¿hay algo más incómodo que intentar trastear más de 5 minutos un Ipad en un banco en la calle?).
Si como venimos defendiendo, ‘The City is the Office”, la re-organización de las relaciones laborales, de la propia ejecución del trabajo (cada vez más fuera de la propia oficina) y de la movilidad (menos conmuters) y la creciente ocupación del espacio urbano con usos mixtos (no zonificados) gracias a la acción de la tecnología facilitadora, la creciente opción por combinar información en el Cloud con la apuesta por el BYOD (Bring your own device) de muchas empresas urbanas, va a requerir de una inmediata adaptación del espacio físico de la ciudad a estas realidades, así como de la instalación de infraestructura de conectividad masiva (WIF operativo, para empezar) y de la remoción de los obstáculos –burocráticos, mentales y estructurales- que impiden a nuestras urbes dar respuestas a las nuevas exigencias de los ciudadanos y la economía urbana. Es hora de activar, también, soluciones de base tecnológica que puedan traducirse en experiencias de urbanismo pop-up, en campañas de gamificación con objetivos cívicos y en la conformación de espacios territoriales ultra-conectados en los que pueda darse rienda suelta a la creatividad, la alteridad y el intercambio entre ciudadanos.
Del mismo modo, y recuperando algunas reflexiones ya compartidas en este espacio, en Bolonia no dudamos en lanzar a la audiencia el reto de trabajar el Plan de Comunicación de la estrategia Smart City desde el primer día, elaborando cuidadosamente el mensaje y utilizando los canales tradicionales y las nuevas oportunidades de los social networks para el compromiso ciudadano. En un mundo cada vez más uniforme, las ciudades y sus responsables deberán rebuscar en su identidad y trayectoria para elaborar un discurso competitivo y atender a las necesidades de los ciudadanos. Es tiempo de conformar una nueva Embajada solidaria y horizontal de la ciudad (responsables públicos-ciudadanos) y la recuperación del orgullo del sentimiento de pertenencia a un lugar en el que suceden cosas y en el que se puede contribuir individual y colectivamente al cambio y la transformación urban . ¿Hasta qué punto las redes sociales son capaces de generar engagement y compromiso del ciudadano con su territorio? ¿Seríamos capaces de vincular a vecinos y usuarios a tiempo parcial con el mantenimiento y cura del hardware de la ciudad? ¿Son las estrategias de gamification una pasarela hacia un futuro de compromiso (premiado) con la realidad de los espacios físicos y digitales de la ciudad?
Estas preguntas encuentran algunas respuestas interesantes, tanto en iniciativas como la de The Fun Theory (de la que hemos reproducido un par de vídeos con propuestas de gamification urbana en este post) como en la que fue noticia hace un par de meses, cuando se publicaba que la cuenta en Twitter de Holanda pasará de mano en mano a los ciudadanos holandeses que lo soliciten, rotando cada semana a un usuario diferente. De esta forma, el país sigue los pasos de Suecia, que a finales del 2011 puso en marcha esta iniciativa, con el objetivo de fomentar el turismo y la participación ciudadana. Holanda inició así su propia versión del proyecto de Suecia, que ha obtenido una gran difusión en redes sociales. En país escandinavo anunció en el mes de diciembre de 2011 que la cuenta de Twitter @Sweden, de carácter institucional, sería controlada por un ciudadano distinto cada semana. Ahora, Holanda, desde @Netherlanders está lanzando una iniciativa parecida, con la difusión masiva de esta cuenta en redes sociales.
En todo caso, fue precisamente en la afirmación de la potencia de la innovación social para transformar el espacio físico de la Smart City donde encontré mayor resonancia y comprensión entre los colegas italianos asistentes a Smart City Exhibition de Bologna, generando no pocas conversaciones interesantes con los asistentes a un evento en el que se ha dado una importancia sobresaliente al papel de los ciudadanos en la creación y gestión de la Ciudad Inteligente.
Finalmente, vista la respuesta de la audiencia, el nivel de participación y la madurez con la que se enfrentaron los desafíos y experiencias vigentes en materia de Smart Cities, le auguro al Congreso boloñés un futuro interesante y lleno de éxitos, esperando que sirva para conformar un corpus de conocimiento y práctica que pueda hacer aquellas ciudades italianas mejores de lo que hoy son, contribuyendo al bienestar y la recuperación de Europa. Las partes harán el todo.
* Por cierto, llevaba algunas semanas sin publicar nada en español. Pido perdón a mis lectores hispanos…Grazie a tutti!
SMART City Exhibition è la manifestazione frutto della partnership tra FORUM PA e Bologna Fiere che darà vita a tre giorni di intenso lavoro presso la Fiera di Bologna il 29/30/31 Ottobre. L’iniziativa si pone come momento centrale nel trend che vede ormai la politica per le città intelligenti come una priorità europea e nazionale.
Le grandi opportunità date dai fondi comunitari e dai bandi nazionali sulle smart city e smart community rendono infatti sempre più necessario, per non essere sprecate, un momento “fondativo” di riflessione e di incontro tra i protagonisti per utilizzare al meglio questa grande occasione di innovazione, costruendo politiche sostenibili, lungimiranti ed effettivamente utili a rispondere ai crescenti e multiformi bisogni che, in questo momento di crisi, esprimono i cittadini.
La manifestazione propone una visione completamente nuova del concetto di città, intesa come insieme di flussi informativi e reti di relazioni e comunicazioni, fisiche e digitali, caratterizzate dalla capacità di creare capitale sociale, benessere per le persone, migliore qualità della vita.
Altrettanto nuova è la sua formula, centrata su momenti partecipativi e qualificati di lavoro collaborativo, sulla presentazione di grandi scenari internazionali, sulla costruzione di nuova cultura condivisa che aiuti a trasformare in Progetto-Paese una serie di iniziative ancora allo stato nascente e non sempre coordinate tra loro.
Para más info:
Smart City Exhibition de Bologna: http://www.smartcityexhibition.it/?lang=en#/questions
Vídeo de La ponencia de Pablo Sánchez Chillón en Smart City Exhibition (29 nov 2012) – Innovatv Italia: http://www.innovatv.it/video/2718499/pablo-sanchez-chillon/linfrastruttura-abilitante-la-citt-intelligente-connettivit
Artículo aparecido en La Stampa de Torino, con referencias a Pablo Sánchez Chillón y Eolexcitylab (pág. 2/10)
http://www.lastampa.it/2012/10/25/multimedia/tecnologia/smart-city-idee-diverse-per-obiettivi-comuni-aw991mSfib1Q2xIFr12WwL/pagina.html?page=5
Reblogged this on Transmedia and commented:
Excelente post! adhiero en absoluto con la visión citizen-centric en el marco de las Smart cities. Solo habrá ciudades inteligentes cuando la propia ciudadanía lo sea, cuando esta pueda utilizar las tecnologías para su propia emancipación, empoderamiento e innovación ciudadana.
Excelente post Pablo!
Respecto al tema de la «gamificación», hace un año escribí este post que incluye algunos de los ejemplos que citas aquí.
http://www.caldocasero.es/2011/09/smart-funny-cities.html